Para introducir los alimentos sólidos en los bebés, debemos hacerlo paulatinamente y supervisado por nuestro pediatra.
También
hay que tener en cuenta el grado de desarrollo y la capacidad para asimilar y
digerir los diferentes alimentos.
Primero
comenzaremos con la papilla hasta que el bebé tenga los primeros dientes, para
que pueda cortar y masticar.
Se
puede comenzar dándole jamón cocido, la corteza del pan o el pollo para que el
bebé aprenda a masticar.
No
es necesario que coma mucha cantidad, solo que con que lo pruebe será
suficiente, para que vaya asimilando los nuevos sabores y las nuevas texturas. Tampoco
deben tener un orden en un momento determinado, pero sí es recomendable que el
pediatra lo indique.
Iremos
introduciendo los alimentos de uno a uno, y esperar unos días entre un
alimento y otro para poder observar si hay intolerancias.
Debemos
ser flexibles en los plazos, ya que cada niño puede tardar más o menos tiempo
en relación con otros niños para acostumbrarse a los nuevos sabores y nuevas
texturas.
Es
importante no forzarlos a comer, ya que podemos obtener el efecto contrario. A
la hora de la comida, el niño no estará tranquilo, y se limitará a comer sólo
lo que le guste.
Debemos
aprovechar el momento de la introducción de los alimentos para promover el uso
del tenedor o cuchara: la adquisición de buenos hábitos alimenticios de modo
que a la hora de comer sea lo más placentero posible.
Seño Marcela |
Gracias por estos consejos.
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