Me encontré, no
con una escuela en sí, sino con un hogar
hecho para los niños y desde los niños. Un hogar educativo en el que todos y
cada uno de los miembros de esta pequeña familia escolar tienen un papel
protagonista en la educación de los pequeños.
Casa de
colores está en el empeño de formar
niños para hoy y adultos para mañana con capacidad, autonomía, espíritu
crítico y constructivo y seres dotados de una excelente educación emocional.
Es por
eso que quiero agradecer, desde lo más profundo de mi corazón, la oportunidad
que me han dado de vivir una experiencia
como esta.
Gracias
por enseñarme lo que es la profesionalidad y el amor a los niños, la alegría por el trabajo y la implicación en
el mismo, la preocupación por las cosas bien hechas y la lucha constante por la
mejora. Gracias por permitirme conocer una “Casa de Colores”: rojos, azules,
verdes y amarillos.
Gracias
por mil sonrisas de unos pequeños felices, sonrisas de las que sois muy
responsables.
Gracias,
gracias y gracias.
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