¡Hola
familias!
En esta
entrada en el blog, como siempre voy a comenzar con una pregunta: ¿conocéis a
alguien que “se agobie” porque el hijo/a del amigo, del vecino, del primo, de…
¡ya sabe leer, escribir, sumar!... y si me apuras mucho te diré hasta la lista
de los reyes godos?
Pues
sí, esta es una realidad con la que nos topamos, pero no en el aula, sino fuera
de ella, ya que los niños aprenden sin preocuparse si su compañero “sabe más o
menos”, en el aula cada uno trabaja a “su ritmo”.
Todos
y cada uno de los niños van a aprender a leer y escribir pero cada uno lo va a
hacer “a su ritmo”. Este ritmo lo respetamos mucho en Casa de Colores.
Al
igual que no todos los niños caminan o hablan a la misma edad (pero todos
terminan haciéndolo), no todos leen o escriben a la misma edad.
Cada
uno tenemos nuestro ritmo de aprendizaje. Los ritmos de aprendizaje los podemos
definir como:” la capacidad que tiene un individuo para aprender de forma
rápida o lenta un contenido”. Pues, respetemos ese ritmo de aprendizaje.
Antes
de poder aprender a leer y escribir es fundamental que los pequeños cuenten con
una serie de requisitos básicos (por ello es tan importante la grafomotricidad
y la psicomotricidad fina en estas edades).
Por
eso os pido: “no corráis, no tengáis prisa, y lo más importante, no hagáis
nunca comparaciones con nadie, ni os creáis todo lo que os cuentan”.
Vuestro
hijo/a aprenderá a leer y a escribir. Pero VAMOS A HACERLO BIEN.
Como
se suele decir: “despacito y con buena letra”. Prestando atención a cada niño,
a su ritmo de aprendizaje y observando si ha alcanzado esos requisitos que
necesita tener para poder seguir avanzando.
Recordad
siempre: “SI EL PLAN NO FUNCIONA CAMBIA EL PLAN, PERO NO CAMBIES LA META”.
Seño Maribel |
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