¡Hola familias!
En mi primera entrada al blog de las seños de Casa de Colores me gustaría hablar sobre la importancia que tienen los objetos a los que el niño o niña siente apego y, más concretamente, cuando vienen a la escuela por primera vez y se ven separados de sus familias.
En la mayoría de las ocasiones, observamos que los más peques se aferran a algún objeto físico como pueden ser: un muñeco al que tienen cariño, un chupete o un simple trapo; en otras ocasiones, el objeto de apego puede ser el propio cuerpo como por ejemplo cuando se chupan el pulgar. Esto es debido a que el niño tiene la necesidad de estar en contacto con "algo" que le transmita paz, seguridad y calma.
En mi primera entrada al blog de las seños de Casa de Colores me gustaría hablar sobre la importancia que tienen los objetos a los que el niño o niña siente apego y, más concretamente, cuando vienen a la escuela por primera vez y se ven separados de sus familias.
En la mayoría de las ocasiones, observamos que los más peques se aferran a algún objeto físico como pueden ser: un muñeco al que tienen cariño, un chupete o un simple trapo; en otras ocasiones, el objeto de apego puede ser el propio cuerpo como por ejemplo cuando se chupan el pulgar. Esto es debido a que el niño tiene la necesidad de estar en contacto con "algo" que le transmita paz, seguridad y calma.
Desde que el pequeño nace siente una necesidad innata de
estar en contacto con sus progenitores, con los cuales ha establecido un lazo
afectivo fuerte. Éstos son el primer
agente socializador con el que mantiene un contacto, aunque conforme van
creciendo, el apego hacia éstos se va ampliando a otros contextos. De manera
que cuando entran por primera vez a la escuela y se ven inmersos en un espacio
desconocido con personas extrañas, su modo de afrontarlo de la mejor manera
posible es llevando consigo este tipo de objetos.
No debemos ver esta situación como un inconveniente, sino
como una forma que tienen nuestros hijos de enfrentarse a una nueva situación.
Poco a poco el niño va creciendo, madurando y desarrollándose e irá
despegándose progresivamente de sus objetos de apego.
Por todo ello, nosotras como maestras, procuramos un
ambiente que sea lo más cálido y acogedor posible, donde primen sobre todo el
amor y el cariño hacia nuestros alumn@s.
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