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jueves, 23 de marzo de 2017

NOS HACEMOS MAYORES


¡Buenos días!
Quiero escribir mi primer artículo en este blog para hablaros sobre los niños de 3 a 6 años en el área del conocimiento de sí mismos y la autonomía personal, pues en la etapa de infantil, sobre todo en el 2º ciclo, cobra una especial relevancia. 
A lo largo de estas breves líneas trataré de explicar por qué pongo el énfasis en este punto y cómo intento fomentarlo y trabajarlo en la clase de 3 años. 

Pues bien, cuando los alumnos/as llegan al segundo ciclo de educación infantil, todavía necesitan ayuda en la realización de la gran mayoría de tareas cotidianas, tales como lavarse las manos solos, limpiarse después de ir al baño, recoger los juguetes… y lo que se busca en la etapa de Infantil es que consigan por su propio pie desarrollar o ejecutar todas estas tareas o actividades por sí mismos, sin ayuda de nadie. 

Por eso mismo es primordial que no les hagamos “el trabajo” y desde casa les ayudemos a que sean verdaderamente autónomos, pero… ¿cómo?, pues os voy a contar cómo lo trabajos en el aula… 
Nada más entrar por la puerta del aula en “Casa de Colores”, les pedimos a nuestros alumnos que saquen la agenda y el babero de la mochila y lo coloquen en los sitios destinados a ello. 
A continuación, pueden jugar libremente en el aula, sabiendo siempre que después deberán ellos solos recoger todos los juguetes que hayan utilizado. 
Más tarde, llega uno de los momentos favoritos de mis pequeños, la asamblea, pues en ella, deben identificar el día de la semana que es y colocarlo en el sitio correspondiente, el mes, estación y tiempo que hace. 


Todo ello a través de canciones y bailes. O por ejemplo, poner en común con sus compañeros los trabajos que han hecho en casa, con ayuda de sus papis, donde se convierten en verdaderos protagonistas mostrando y explicando la realización de los mismos. 
Después siempre hacemos algunos juegos en común, sobre lo que vamos a trabajar posteriormente y ellos, en conjunto primero, y por separado después, deben llegar a las conclusiones que se pretendan, y creedme… ¡lo consiguen! 
Otra actividad que fomenta el desarrollo de su autonomía y que puede parecer una tontería, pero no lo es, es que cada semana (según el protagonista de la misma) uno de ellos reparte los libros. 


Al principio, yo les iba diciendo a quiénes debían dárselos, pero poco a poco, ellos son los que van asociando o “leyendo” el nombre del compañero y dándoselo en mano, y cada niño/a debe abrir la página que toque trabajar (para ello yo les muestro un libro con la página a trabajar y ellos la localizan). Conforme vayan creciendo, esto se les puede ir complicando, escribiendo el número de la hoja en la pizarra, o de cualquier otra forma. 
Y de esta manera, la mañana va pasando hasta llegar a momentos claves, como el desayuno, el volver del patio y tener que desabrocharse y abrocharse los zapatos para quitarse la tierra, lavarse las manos con jabón (les encanta),

ponerse el babero para ir al comedor, comer solos, limpiarse, cepillarse los dientes 


o diferentes juegos y actividades como el rincón de los disfraces, donde se ponen en juego abrochar botones, subir y bajar cremalleras, ponerse y quitar prendas, y un largo etc., 

con lo que sin que ellos sean conscientes se van haciendo cada vez más autónomos y, por consiguiente, nos damos cuenta que nuestros pequeños ya no son tan pequeños.

Espero que os haya gustado y que en casa sigamos también trabajando éste área, pues a veces terminamos mucho antes recogiendo los juguetes nosotros, o dándole de comer a nuestros hijos, pero creedme que con el tiempo lo agradeceréis, vosotros, y sobre todo, ellos mismos. 
Un abrazo muy grande de la seño Natalia

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